
En ocho cortos años (entre 2010 y 2018) un total de 151 compañías desaparecieron del Fortune 500 – una mayor rotación que en los 50 años anteriores combinados. ¿Por qué? Porque la tecnología redefinió el potencial para la experiencia de usuario, y sólo un pequeño número de compañías redefinieron su enfoque a los clientes. Entender como alterar digitalmente modelos de negocio es quizá la parte más fácil del viaje. Estar listo y ser capaz de alterar es un problema completamente distinto. Los patrones de preparación, sin embargo, empiezan a parecerse entre sí. Estos combinan velocidad operativa, capacidad distribuida y una estrategia inteligente de nube.
El tiempo de recuperación de inversión
es una nueva métrica crítica para la innovación. Cuando sus equipos invierten en trabajo, ¿cuánto tiempo toma para que ese trabajo cree valor para el cliente? Para la mayoría de empresas el tiempo de recuperación se mide en meses. Para algunas, se mide en días. Para los disruptores – los creadores de categoría – puede ser medido en minutos. Estas compañías pueden darse cuenta de una oportunidad para mejorar su experiencia de cliente cuando llegan al trabajo, actualizan el software y lo despliegan antes del almuerzo. Enfocarse en el tiempo de recuperación fuerza a cambios más pequeños e incrementales que son fáciles de probar, desplegar, revertir y reducen en gran medida el riesgo. No existe economía a escala en software, los cambios pequeños son mejores y las organizaciones más innovadoras usan tecnología de entrega continua para optimizar su tiempo de recuperación de inversión.
La tendencia de intentar y crear una arquitectura de TI común, centralmente definida también se ha convertido en un anti-patrón. Las organizaciones innovadoras optimizan su habilidad para evolucionar y exploran nuevas tecnologías conforme aparecen. Esto se vuelve desordenado, pero la mejor práctica es el crear una organización de aprendizaje que comparta lo que conoce y disminuya su deuda técnica conforme avanza.
La escala
significa tener una capacidad distribuida y optimizada en forma global para desarrollar y ejecutar aplicaciones de gran escala en la nube. El tener una arquitectura nacida en la nube para aplicaciones da a los negocios la última flexibilidad para escalar, optimizar costos y una disponibilidad permanente. Los recursos de la nube como almacenamiento, poder computacional y software deben ser de autoservicio, de forma que no existan demoras al provisionar recursos para desarrollar o ejecutar aplicaciones. Los recursos en la nube deben ser altamente utilizados, lo que significa que cuando no estén en uso no existen cargos, porque los recursos no utilizados se apagan. Digamos que los recursos de un centro de datos tienen un promedio de 10% de utilización desde que se instalan hasta que son retirados algunos años después. Un recurso elástico en la nube asignado solo cuando se necesita tiene en promedio un 40% de utilización para soportar la misma carga de trabajo, y el ahorro neto es que sólo un cuarto de la capacidad fue necesitado. Si la carga de trabajo es optimizada, su costo de operación baja inmediatamente, a diferencia de los costos de un centro de datos que son fijos desde el inicio.
El beneficio de escala de la arquitectura nacida en la nube es que sus recursos pueden ser tan grandes (o tan pequeños) como necesite su negocio en cualquier momento, en cualquier parte del mundo.
Las cargas de trabajo estratégicas se están moviendo a la nube.
En los últimos años más y más organizaciones han decidido que operar centros de datos no es una ventaja diferenciada para su negocio, y conforme los edificios de centros de datos alcanzan el final de su vida están consolidando y moviendo cargas de trabajo estratégicas a la nube. Algunas cargas de trabajo son reemplazadas por productos basados en software como servicio (SaaS), algunos son movidos sin cambios, pero las cargas de trabajo estratégicas más críticas para el negocio necesitan tener un planeamiento de continuidad u opciones de recuperación de desastres (DR). Para industrias reguladas, las reglas de cumplimiento significan una visita anual de los auditores para mostrar que las aplicaciones pueden pasar a contingencias entre centros de datos. Este es un proceso caro, estresante, consumidor de tiempo y bastante manual. En los últimos años, líderes de la industria como Amazon y Netflix, y startups como Gremlin Inc. han desarrollado prácticas de «ingeniería del caos» que continuamente prueban que las estrategias de mitigación de fallas son efectivas. La automatización y estandarización de la nube ofrece una oportunidad para crear patrones de DR estándares y comunes que pueden ser probados de forma confiable, y la oportunidad de cambiar de intimidantes pruebas de DR anuales a una capacidad de recuperación continua automatizada.
También hemos visto un movimiento similar para las políticas de seguridad, desde las auditorias ocasionales a un cumplimiento continuo automatizado basado en registros a prueba de falsificaciones que capturan todo lo que ocurre en la nube. La alta tasa de cambio asociado con las organizaciones innovadoras sígnica que las auditorías anuales manuales para DR y cumplimiento no son útiles, y que se necesita un cumplimiento y capacidad de recuperación continuos automatizados. El resultado final es que las cargas de trabajo estratégicas, diseñadas apropiadamente en la nube son más robustas y existe mucho menos impacto en el negocio por fallas.
Para finalizar, existen muchos cambios necesarios para navegar una transformación digital o una migración a nube y para adoptar nuevas tecnologías en general, pero el factor de éxito más importante es que la rápida innovación es facilitada al hacer cambios en pequeños incrementos, en una organización basada en productos que se enfoca en reducir el tiempo de recuperación de inversión.
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