
El auge de la nube es inevitable; el almacenamiento, como lo conocemos, ha cambiado (¿Se acuerdan del ‘Floppy’?). Hablar de software hoy en día es hablar de procesos ‘en la nube’. Facebook, Twitter, Linkedin e incluso Microsoft, Google, Apple ya operan de esta forma. Los que ofrecen este servicio lo hacen también de forma flexible, permitiendo que la privacidad con la que están configurados se adapte a las necesidades del cliente.
Nubes públicas
Son opciones de almacenamiento donde es técnicamente libre el ingreso. No implica que sean inseguras, sino que facilitan el acceso a usuarios de diversas partes del mundo. Como ejemplo, una web.
Nubes privadas
Es una opción para clientes que requieran privacidad completa en los procesos. Más que todo, para uso exclusivo. Por ejemplo, una intranet.
Nubes híbridas
Combinan características de los dos modelos, contando con una versión pública y otra más privada. De acuerdo al tipo de usuario, el uso de la nube dependerá de ello.
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